Cada vez más personas aprenden polaco como segunda lengua. Se estima que hay unas cincuenta mil en todo el mundo. Se puede estudiar polaco en todas las universidades y centros universitarios importantes de Europa, conscientes de la utilidad de esta lengua en una Europa cada vez más unificada.
¿En qué plazo se puede aprender polaco? - preguntan desesperados los ejecutivos de las multinacionales extranjeras que se acaban de dar cuenta de lo útil que es conocer esta lengua para poder operar en el entorno económico y comercial polaco. Las empresas foráneas que desarrollan sus negocios en el mercado polaco, son conscientes del creciente valor del conocimiento de la lengua polaca y cada vez con más frecuencia encargan cursos individuales e intensivos de polaco para sus empleados.
Los alumnos no se amedrentan ante el hecho de que los sustantivos polacos tienen siete formas declinadas y algunos, afortunadamente muy escasos, pueden llegar a tener hasta catorce. Pasado un tiempo se dan cuenta que no es tan fiero el león como se lo habían pintado y encontrarán con asombro en la lengua polaca raíces bien familiares, provenientes de sus propios idiomas; para los españoles: muleta, hacjenda, albatros, plateresk.
El idioma polaco, junto con el checo, el eslovaco y el lusaciano (utilizado por una pequeña minoría eslava en la parte sudeste de Alemania) pertenece a la familia eslavoocidental de las lenguas indoeuropeas. El dominio del polaco podrá convertirse entonces en un pasaporte para poder entenderse con todos los países eslavos. Lo más fácil será comunicarse con los checos, pero una persona que hable polaco no debería tener mayores problemas en tratar los asuntos de vida diaria con los vecinos orientales de Polonia, es decir los rusos, los bielorrusos, y los ucranianos. Algo más complicado será entenderse con los eslavos del Sur; los eslovenos, los serbios y croatas, los búlgaros y los macedonios. Todas las lenguas eslavas presentan grandes similitudes en el vocabulario básico, que proviene del idioma común, el protoeslavo.
El polaco comenzó a definirse como una lengua diferenciada de las demás lenguas eslavas en el siglo X, y desempeñó un papel importante en la unificación de las tribus eslavas en el periodo de formación y desarrollo del estado polaco. La incorporación de Polonia al ámbito de la cristiandad occidental tuvo lugar en el año 966, en el momento del bautismo del monarca polaco. Fue un momento decisivo para el idioma polaco, debido a la introducción del alfabeto latino. Algunos de los países eslavos orientales recibieron la religión cristiana del Bizancio, lo cual llevó a la adaptación del alfabeto griego a las necesidades de estos idiomas y a la creación del alfabeto cirílico.
Desde el momento de la creación del estado polaco en el año 966 y durante al. menos dos siglos, la lengua polaca sirvió exclusivamente como medio de comunicación en la vida cotidiana. El latín era la lengua de uso oficial: en este idioma se escribían los documentos eclesiales y estatales, más tarde también era la lengua de creación literaria. Los vestigios más antiguos de la lengua polaca escrita datan del siglo XII. Hasta el siglo XIV la lengua polaca existía sólo en la variante oral, regional y popular. Una variante literaria, supraregional, se desarrolló en el siglo XV y XVI, como lo testimonia la rica literatura polaca escrita en la época renacentista.
Hoy en día se estima que el número de polaco-hablantes supera los cuarenta y cinco millones de personas. La lengua polaca utilizada hoy en día es una variante oficial, literaria y común a todo el país, que se había formado partiendo de los dialectos de la Polonia Mayor (Wielkopolska), donde se encontraba la primera capital del país, Gniezno, más tarde los dialectos de la Polonia Menor (Malopolska).
El desarrollo, y en particular el hecho de haber sobrevivido como lengua nacional en los tiempos cuando Polonia no existía como un país soberano, entre los años 1795-1918, se debe en gran medida a la extensa creación literaria, realizada en este idioma durante más de quinientos años.
Los numerosos cursos y programas universitarios organizados en Polonia para extranjeros que están estudiando la lengua polaca les ofrecen la oportunidad de verificar y mejorar sus conocimientos, así como profundizar en su conocimiento del país.